En temas icónicos de la banda como "Beber de tu Sangre" y "María Rosario", el músico imprimió una fuerza única que son referencia de los ochenta
Por: Marcela Islas
La noticia del fallecimiento de Fernando Díaz Corona, bajista de Los Amantes de Lola, sorprendió y entristeció a la comunidad del rock mexicano recientemente, dejando un vacío imposible de llenar dentro de una de las bandas más emblemáticas del rock en español.
Fans y colegas de la escena musical han expresado su tristeza, recordando el papel fundamental que tuvo en la consolidación del grupo y en la creación de un sonido que marcó a toda una generación de los años ochenta.
FERNANDO DÍAZ Y SU PAPEL EN LOS AMANTES DE LOLA
Conocido cariñosamente como "La Vitola", Fernando Díaz fue parte de la alineación original de Los Amantes de Lola, fundada en 1987 en la Ciudad de México.
Desde el bajo, imprimió una fuerza única a los temas más icónicos del grupo, como Beber de tu sangre, Mamá y María Rosario, que aún hoy son referentes del rock nacional.
Formó parte de la primera etapa de la banda, activa hasta 1993, y participó también en reencuentros posteriores. Incluso estuvo presente en presentaciones destacadas como el Vive Latino 2010, donde el grupo se reencontró con sus seguidores más fieles.
Su estilo y talento se convirtieron en parte esencial de la identidad musical de la agrupación.
LOS AMANTES DE LOLA Y SU LEGADO EN EL ROCK MEXICANO
La banda surgió en plena explosión del movimiento "Rock en tu idioma" y pronto se posicionó como una de las favoritas del público joven de finales de los ochenta y principios de los noventa.
Con una propuesta cargada de energía, letras intensas y un estilo irreverente, lograron abrirse paso y dejar huella en la historia del rock nacional.
El legado de Fernando Díaz trasciende más allá de su instrumento: su bajo fue el pulso detrás de algunos de los temas más recordados de Los Amantes de Lola, convirtiéndose en una figura entrañable para los fans del género.
Aunque no han revelado detalles respecto a la causa de su muerte, la partida de Fernando Díaz representa no solo la pérdida de un músico, sino de un símbolo de una época que definió el rumbo del rock en México.