¿Por qué no se puede vender el cuadro de Silvia Pinal pintado por Diego Rivera?

Pese al enorme valor que tiene la pintura de la última diva del cine, no está a la venta, y existen razones legales y culturales que lo impiden

Por: Jhoanna Ontiveros Peraza

El retrato de Silvia Pinal, realizado en 1956 por el destacado pintor y muralista Diego Rivera, se ha convertido en una de las obras más representativas del arte mexicano. La pintura, que muestra a la icónica actriz del cine de oro mexicano reflejada en un espejo, no solo es una pieza invaluable de la historia del arte, sino que también tiene un valor simbólico en la cultura nacional. Sin embargo, pese a su enorme valor, esta obra no está a la venta, y existen razones legales y culturales que lo impiden.

El vínculo entre Silvia Pinal y Diego Rivera surgió en la década de 1950, cuando ambos coincidieron en diversos círculos artísticos y sociales. Según la propia actriz, fue el arquitecto Manuel Rosen quien sugirió a Rivera la idea de hacer un retrato de ella. El pintor aceptó encantado, y fue entonces cuando nació la pintura que ha trascendido en el tiempo, mostrando a Pinal con una actitud elegante y sofisticada, capturando la esencia de la figura femenina de la época.

En varias entrevistas, Pinal compartió que discutió con Rivera sobre el precio del cuadro. Aunque inicialmente el pintor ofreció regalarle la obra, finalmente se acordó un costo simbólico, lo que consolidó una relación de amistad entre ambos y contribuyó a la creación de una de las piezas más emblemáticas de Rivera.

¿POR QUÉ NO SE PUEDE VENDER EL CUADRO? 

Expertos en arte han estimado que el retrato podría alcanzar un valor de hasta 3 millones de dólares, lo que equivaldría a aproximadamente 60 millones de pesos. Sin embargo, este valor es solo una aproximación, pues la pintura no está en venta, y su precio real sería difícil de determinar debido a su estatus único en el arte mexicano.

A pesar de su incalculable valor, la pintura de Silvia Pinal no se encuentra disponible en el mercado, ya que desde su creación, la actriz y su familia han asegurado que la obra será preservada como un bien cultural. De acuerdo con Silvia Pinal, en una entrevista de 2013, el cuadro será donado en comodato al Museo Estudio Diego Rivera tras su fallecimiento, garantizando que permanezca como parte del legado cultural de México. Este acuerdo implica que la pintura nunca podrá ser vendida, y su destino está asegurado como parte del patrimonio artístico de la nación.

Además, en una reciente entrevista, Silvia Pasquel, hija de Pinal, reveló que el cuadro original no formará parte de la herencia familiar, ya que la pintura está bajo un fideicomiso y es considerado patrimonio nacional.

 "Nos pertenece a los tres, pero está en un fideicomiso, no es de ninguno de los tres, además es patrimonio de la nación, de México", afirmó Pasquel, dejando claro que la obra no podrá ser transferida ni comercializada.

EL LEGADO QUE PERDURA

Este retrato, más allá de su valor monetario, es un símbolo de la relación entre dos grandes figuras de la cultura mexicana: Diego Rivera y Silvia Pinal. Al ser considerado un bien cultural, la pintura no solo representa el arte de un periodo clave de la historia mexicana, sino que también refleja el compromiso de la familia Pinal con la preservación del legado artístico y cultural de México. Por ello, aunque su valor estimado sea millonario, su destino está sellado como un patrimonio irremplazable de la nación.