Por: Eduardo Sánchez
Al puro estilo mexicano, el intérprete se volvió el rey de la noche desde el comienzo de su concierto, los más de 20 elementos del mariachi Nuestro México, quienes vestidos de tonos verde, blanco y rojo dibujaron la bandera del país en el escenario de la Arena Ciudad de México, desataron la lluvia de gritos de emoción de los asistentes.
De los gritos, la gente pasó al coro de temas como “Los Hombres no Deben Llorar” y “Tres Regalos”.
En el festejo no faltaron los provocativos bailes del artista, quien al ritmo de guitarras, violines y trompetas meneó su cadera, dio vueltas y mandó besos a sus seguidoras.
Sus acciones provocaron que las mujeres le dedicaron algunos piropos: “¡Sabroso!”, le gritó alguna.
Sonaron “¿Quién Será?” y “Yo Soy el Aventurero”, y para “El Siete Mares” y “Yo No Fui” se sumó un grupo de bailarines de danza folclórica.
Para ese momento el público, conformado entre jóvenes, adultos y más mayores, dejaron atrás sus asientos y de pie bailaron y aplaudieron.