Mi generación me apena: Iñárritu

Por: Eduardo Sánchez

Alejandro González Iñárritu rompió una regla del Festival de Cannes, que prohíbe a su jurado dar entrevistas en los días previos a la entrega de la Palma de Oro.


La consideración permitió encontrarse con el cineasta de "Birdman" y "El renacido" en la lujosa habitación del mítico ho­tel Carlton Cannes, donde una botella de champaña y una ban­deja de frutas fueron testigos de una conversación que comenzó en su primera vez en el certa­men con "Amores perros" que a la postre conquistó la Semana de la Crítica y concluyó con su distinción como comendador de la Orden de las Artes y las Le­tras de Francia.

En el trayecto, el ganador del Oscar habló de lo difícil que le fue aceptar el cargo como presi­dente del jurado del certamen fílmico, de su preocupación por el cambio climático y la interre­lación de los seres humanos, y de por qué considera que las mujeres deberían de tomar las riendas de un planeta que se di­rige a la catástrofe.


"Lo platicaba con Thierry Fré­maux (delegado general del Festi­val de Cannes) porque me parece que estamos en el festival del fin del mundo. Así como en el "Tita­nic" estaban tocando los violines mientras se está hundiendo, aquí estamos viendo películas."

¿Qué recuerdo tienes de tu primera vez en Cannes hace 19 años?

El otro día, cuando llega­mos, empecé a caminar y me encontré con el teatro Miramar, que fue donde presenté "Amo­res perros". Y me dio mucho gusto verlo. De hecho, fui a to­mar una copa junto con Pawel (Pawlikowski) al departamento que Jane Campion rentó frente al cine y le dije: "aquí presen­té la primera película". Me dio mucha nostalgia.

¿Qué sentimiento te despierta saber que en 2020 se cumplirán 20 años de "Amores perros"?

Una cosa que me impacta mucho es que cuando yo estaba aquí, Bernardo Bertolucci era el presidente de la Semana de la Crítica y estaba presentando "1900", una película que había estrenado 20 años atrás y mi re­flexión era: "¿qué se sentirá ve­nir y ver una película que hace 20 años hiciste?" Era un pensa­miento casi imposible para mí y ahora se van a cumplir 20 años de "Amores perros". Son cosas, ciclos que se cierran muy raros, pero bien.

¿Cómo has vivido ser presidente del jurado?

Es una posición privilegiada. Lo más importante ha sido que el jurado, que es con el que con­vives todo el día, prácticamente está compuesto por directores, menos Elle Fanning, a quien conozco desde que tenía sie­te años, entonces es como una amiga sobrina.

Es muy placentero el tener que ver películas y luego discu­tirlas con ellos, aunque más que discutirlas, compartir, los invité a no juzgar. A dejar lo que no nos gusta a un lado y más bien hablar de lo que nos gusta y nos apasiona.

¿Pero divertido, no?

Sí, y agotador, porque sí es mucha información, muchos compromisos, pero al mismo tiempo es un privilegio, es como el mejor trabajo del mundo du­rante una semana o un poco más.

¿Alguna vez lo imaginaste?

No, no, no. La verdad ahí sí no. Nunca me hubiera podido imaginar que yo iba a poder llegar a ser invitado como presi­dente. Y es algo que de hecho sí me costó trabajo aceptar porque siempre me cuesta trabajo juz­gar el trabajo de los demás. Creo que es una labor imposible. Por eso cuando presenté el día de la inauguración dije que era un trabajo medio infantil porque el único juez es el tiempo.

A pesar de que en esta oca­sión no tienes película en com­petencia, ha sido un año fan­tástico para ti, al que hay que sumar la distinción del gobier­no francés.

La verdad es que me emocio­nó mucho porque evidentemen­te es un regalo arriba de otro re­galo. Algo que no me esperaba. El de oficial me lo habían dado hace como siete años y me man­daron el reconocimiento porque no pude atenderlo y ahora ya soy comendador. Es como el más alto rango.