Durante los años 1986 a 2007, la serie fue emitida en televisión a través de Televisa, donde la conducía la actriz
Por: Brayam Chávez
Silvia Pinal entre 1986 y 2007 condujo la serie Mujer, casos de la vida real, se transmitió a través de Televisa. En este programa, se narraban cuentos supuestamente basados en sucesos reales, abordando problemas de la sociedad mexicana como el abuso físico, el abuso psicológico y otros; no obstante, algunos de los episodios que se emitieron en televisión mostraron situaciones "Fuertes" y que impactaban a la audiencia; no obstante, algunos de los episodios
La serie inició con el objetivo de presentar relatos vinculados a las víctimas y sobrevivientes del terremoto de 1985. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, el programa empezó a evolucionar significativamente, ya que los casos que se mostraban las personas los transmitían a la productora y actriz Silvia Pinal a través de cartas y fax. Cada vez que los capítulos finalizaban con un equipo de reparto involucrado en ellos, se llevaban a cabo una serie de entrevistas para ilustrar de manera más efectiva la asistencia al espectador.
El programa causó un gran impacto social y mediático, gracias a la forma tan "realista" de presentar los casos, lo que provocó que numerosos espectadores manifestaran que algunos de los temas abordados eran muy impactantes; incluso se difunde de forma constante cuáles son esos episodios en las redes sociales.
¿QUÉ CAPÍTULOS DE MUJER, CASOS DE LA VIDA REAL FUERON LOS MÁS FUERTES?
El programa tuvo 21 temporadas, e inicialmente los episodios duraban media hora, pero a partir de 1998 se extendieron hasta alcanzar una hora.
- Los malditos: Este es un capítulo que se inició en 2004, donde Mario, un padre de familia con un hijo de apenas unos meses, una niña de cerca de tres años y su esposa, opta por trasladarse de la vivienda de la madre de Mario, situada en Tuxpan, Veracruz, a la Ciudad de México, con la finalidad de buscar mejores oportunidades de empleo. Por la circunstancia, ambos hijos empiezan a enfermar, así que un día al despertar se percatan de que la hija presenta fiebre alta; no obstante, el pequeño de apenas unos meses fallece. Caminando hacia su hogar, Mario decide visitar a su cuñado —el hermano de su esposa— para solicitarle dinero para adquirir un paquete de cal, argumentando que en el lugar donde residen ha fallecido una rata, por lo que requiere ese material para prevenir la propagación de malos olores. El cuñado accede y le entrega el dinero. El episodio concluye con el cuñado y la policía ingresando a la casa donde residían Mario y su familia, donde hallaron la cubeta con los restos del niño. Sin embargo, la niña todavía estaba viva, por lo que se la llevan para que sea atendida médicamente.
- El silencio de Dios: En este capítulo se observa a una niña maltratada por su madre, quien la golpea constantemente, pues sostiene que tiene una apariencia muy parecida con su padre —quien las abandonó—, por lo que, frente a cualquier circunstancia, la reprende a través de ataques físicos. En una ocasión, la niña llegó a su centro educativo con moretones, lo que su profesora la instó a revelar lo que le estaba sucediendo. La niña afirmaba que sus heridas eran resultado de caer o ser impactada con objetos. Después de varios minutos de los impactos, la pequeña se halla en soledad y en la penumbra, implorándole a Dios que ya no desea continuar en esa circunstancia. En la escena, se puede observar cómo la libreta en la que estaba preparada para llevar a cabo su labor empieza a derramar sangre de la nariz de la niña. En la última escena, la madre va a ver a su hija que encuentra todavía en la mesa del comedor recargada sobre su libreta pero intentando despertarla se da cuenta de que esta ha muerto. Posteriormente, acude un médico quien confirmó la muerte de la menor y denunció a la madre con las autoridades por el homicidio que realizó.
- Un ángel sin luz: El capítulo fue emitido por vez primera en 1998 y, además de su nombre original, también se le conoce como "El niño del globo rojo". El pequeño anhela profundamente poseer un globo para poder jugar, así que un día, mientras juega en el patio de la vecindad, es llamado por un hombre desconocido, quien le promete que le dará todos los globos que desee a cambio de que lo acompañe a la calle, pero no cumple con su objetivo. Después de lo sucedido, la hermana regresa a su hogar con la intención de comunicar a su madre sobre lo sucedido. La madre y su hija acuden a la policía para reportar el suceso, pero reciben escasa ayuda; no obstante, días después, mientras la madre sigue lamentando la desaparición de su hijo, de repente se oye que alguien toca la puerta de su casa y, al abrirla, surge el niño sentado en el suelo con una caja de dinero y un globo rojo sujetado a uno de sus brazos. Cuando la madre consigue ver el rostro de su hijo, se da cuenta de que lleva vendas en los ojos, lo que implica que los secuestradores fueron los encargados de extraerle los órganos visuales. El capítulo concluye con la hermana relatando un cuento al niño, quien nota un aroma a quemado. Al cuestionarle a su hermana, esta le indica que es residuo que se está quemando. Sin embargo, la verdad es que al final se observa a la madre quemando los fondos que le dieron en la caja, dinero recaudado por la venta de las córneas del niño.