La vez que Donald Trump apareció en una película que es un clásico de Navidad ¿Lo recuerdas?

Lo que en su momento fue una participación más del entonces magnate estadounidense, hoy se percibe como una curiosidad que toma relevancia mundial

Por: Marcela Islas

Cada Navidad, Mi pobre angelito es una película que forma parte de la colección obligatoria para ver y despertar el espíritu festivo. Da igual si ya sabes cada broma, cada trampa y cada gesto de Kevin McCallister: la película sigue funcionando como un símbolo cultural que atraviesa generaciones.

Dentro de ese fenómeno navideño hay un detalle que, con el paso del tiempo, se volvió especialmente llamativo y hasta insólito: el breve cameo de Donald Trump en Mi pobre angelito 2: Perdido en Nueva York.

DONALD TRUMP: EL MAGNATE DE NUEVA YORK

Cuando la secuela llegó a los cines en 1992, Donald Trump no era político ni mucho menos presidente de Estados Unidos. En ese momento, su nombre estaba asociado casi exclusivamente al mundo inmobiliario y empresarial de Nueva York.

Era un magnate conocido por su estilo ostentoso, por aparecer constantemente en medios y por haber construido una marca personal alrededor del lujo y el éxito financiero. Su imagen formaba parte del paisaje urbano y mediático de la ciudad.

CAMEO DE TRUMP EN MI POBRE ANGELITO 2

La escena ocurre dentro del Hotel Plaza, uno de los edificios más emblemáticos de Manhattan y propiedad de Trump en aquel entonces.

Kevin McCallister, interpretado por Macaulay Culkin, entra al elegante lobby y le pregunta direcciones a un hombre bien vestido: Trump aparece, señala el camino y desaparece.

Son apenas segundos en pantalla, pero suficientes para quedar grabados en la memoria colectiva. No fue una casualidad: el empresario era dueño del hotel y su aparición reflejaba su influencia y presencia real en la Nueva York de principios de los noventa.

¿POR QUÉ APARECE TRUMP EN LA PELÍCULA DE MI POBRE ANGELITO?

En ese contexto, la inclusión de Trump tenía sentido, ya que la película en ese tiempo apostó por mostrar una versión glamorosa y reconocible de la ciudad: Central Park cubierto de nieve, el Rockefeller Center, tiendas de lujo y hoteles históricos.

Trump encajaba perfectamente en ese retrato del Nueva York poderoso, competitivo y excesivo que dominaba la cultura popular de la época.

Con el paso de los años, el cameo adquirió un contexto completamente distinto. Lo que en su momento fue una participación anecdótica de un empresario famoso, hoy se percibe como una curiosa cápsula del tiempo.

Resulta difícil no sorprenderse al ver al futuro presidente de Estados Unidos en una de las películas navideñas más queridas del cine, mucho antes de que su nombre estuviera ligado a la política, la Casa Blanca o la polarización pública.

MI POBRE ANGELITO COMO EL CLÁSICO DE NAVIDAD QUE SIGUE VIGENTE

El éxito de la saga ayudó a que esa breve aparición se mantuviera viva. Mi pobre angelito y su secuela siguen siendo transmitidas cada diciembre, conservando su estatus de clásicos navideños y reafirmando su lugar en la cultura popular.

La franquicia no solo marcó a generaciones por su humor y espíritu familiar, sino también por esos pequeños detalles que, con el tiempo, cobran un significado inesperado.

Hoy, ver a Donald Trump dando indicaciones en el Hotel Plaza no solo provoca nostalgia, sino también asombro. Es el recordatorio de una época en la que era simplemente un magnate más del Nueva York noventero... y nadie imaginaba, ni por error, el giro que daría su historia años después.