Dakar: Museo de las civilizaciones negras

Por: Redacción

Dakar abre un espa­cio que muestra las aportaciones africa­nas al mundo y aspi­ra a convertirse en el referente cultural del continente

Ha tenido que pasar medio siglo para que el sueño de Léo­pold Sédar Senghor, el poeta primer presidente de Senegal, se hiciera realidad.

Dakar el Museo de las Ci­vilizaciones Negras, que hace un recorrido por la cultura, las creencias y el saber de los pue­blos negroafricanos desde la antigüedad hasta la creación contemporánea.

La mayor parte de las 500 piezas expuestas han sido do­nadas para la ocasión por otros museos y faltan muchos pa­neles identificativos, pero este nuevo espacio pretende ir com­pletando sus enormes salas y convertirse en un referente en toda África.

El edificio es imponente. Construido en apenas dos años por el Gobierno chino sobre una superficie de 14.000 metros cuadrados y con un coste de 30 millones de euros, está inspira­do en una cabaña impluvium típica de Casamance, región del sur de Senegal, de planta redonda y tres pisos de altura.

En el centro, un gigantes­co baobab de hierro esculpido por el artista haitiano Édo­uard Duval-Carrié confirma las intenciones del museo, el más grande del país y uno de los mayores de África con ca­pacidad para 18.000 piezas, de convertirse en un abrazo entre ayer y hoy y entre todas las cul­turas negras, las africanas y las de la diáspora.

"No tenía ni idea de que la metalurgia del hierro nació en el continente africano 2.500 años antes de Cristo", asegura Seynabou Diallo, una joven es­tudiante que la pasada semana visitó el museo por primera vez. "A mí lo que me ha gustado es la historia del hueso de Ishan­go, la primera calculadora del mundo que fue grabada hace 20.000 años en un peroné de babuino y fue descubierta en la ribera del lago Eduardo", co­mentó Omar Diallo.

EL FESTIVAL DONDE EMPEZÓ TODO

Fue en abril de 1966. En plena eu­foria tras las recientes independencias africanas, la ciudad de Dakar acogía el pri­mer Festival Mundial de las Artes Negras con el apoyo de la Unesco y la participación de medio centenar de países afri­canos, americanos y europeos.

Fue allí donde Léopold Sé­dar Senghor, el poeta que tanto contribuyó a divulgar el con­cepto de la negritud luego con­vertido en primer presidente de Senegal, lanzó la idea de un museo que mostrara al mundo la creatividad africana. Escri­tores, artistas, músicos e intelectuales de todo el mundo celebraron entonces la inicia­tiva. Hoy es una realidad.