Señaló como un robo lo que pasó en el azteca el martes 21 de noviembre; en redes sociales lo llamaron "Lamebotas de Concacaf"
Por: Joel Luna
Dramático partido que se vivió en el Estadio Azteca el martes 21 de noviembre, donde la Selección Mexicana venció a Honduras en tanda de penales, luego de empatar a dos goles en el marcador global.
Y es que los catrachos y la prensa especializada de su país se mostraron muy molestos y señalaron como un robo él resultado del partido, alegando que la Concacaf lo hacía para beneficiar a México, ya que le agregaron mucho tiempo de compensación en el segundo tiempo, cuando Edson Álvarez anotó el gol que mandaba a tiempos extra.
LA PRENSA HONDUREÑA CRITICA A LA CONCACAF
La prensa centroamericana dejó en claro que el triunfo de México fue gracias a los nueve minutos que agregó el árbitro central del cotejo, Iván Barton.
El prestigioso diario deportivo Diez, de Honduras, posteó en su cuenta de "X" (antes Twitter) "¡qué robo!, así no tiene sentido competir".
Además, otros periodistas y comentaristas destacados de Honduras, como Kelvin Coello, Iván Kasanzew, Omar Gutiérrez y Gustavo Roca, nombraron el partido del martes como una vergüenza.
"Iván Barton, el árbitro salvadoreño que robó a 11 millones de hondureños. ¡Qué poca vergüenza de este ´Lamebotas de Concacaf´, pero, claro, hay que cuidar la chamba y los dólares para que le sigan dando partidos. Increíble", son los comentarios que se leen en la red social.
PESE A TODO, HONDURAS TIENE ESPERANZA DE IR A COPA AMÉRICA
A pesar de la derrota, Honduras sigue con la posibilidad de calificar a la Copa América, mediante un repechaje; sin embargo, la polémica va continuar y el trabajo del salvadoreño Iván Barton seguirá siendo cuestionado por mucho tiempo.
Honduras alega que fueron robados y despojados de una victoria que tenían; no obstante, la forma cómo encararon el partido también ha sido blanco de las críticas, y ahora que fueron derrotados cuestionan todo lo que se vivió en la cancha, ya que llegaron con ventaja de 2-0 y no supieron manejar el partido y, mucho menos, resolverlo.