Engalanaron la función Octagoncito, Mascarita Sagrada y Payasito Coco Amarillo
Por: Oviel Sosa
El Centro de Usos Múltiples (CUM), se impregnó de magia, esa que ofrece la lucha libre mexicana, las gradas cobraron vida y entre ellas se desató la pasión, gritos, chiflidos y aplausos cimbraron dicho inmueble.
La causa de la algarabía fue el homenaje que se le rindió a Willy Cortez, personaje que representa el máximo estandarte de la lucha libre en Cajeme, quien escribió una trayectoria gloriosa llena de pasajes majestuosos, algo que lo convirtieron en un referente para las nuevas generaciones de la localidad que buscan abrirse paso y figurar en el pancracio mexicano.
La gente respondió al llamado, debidos la cartelera que confeccionó Obson lucha libre y Promociones Cortez fue de primer nivel, pues después de más de 15 años regresaron a Obregón los internacionales luchadores enanitos, quienes a su vez los gigantes en la baraja de la lucha libre mexicana por la carrera que han trazado.
El reloj marcó las 19:30 horas del día viernes, en las inmediaciones del CUM niños, niñas y publicó en general se frotaban las manos impacientes porque la función diera inicio.
"De niño siempre venía a ver a los enanitos, cuando se hacía lucha por el día del niño, y el que estén de regreso otra vez a Obregón me llena de emoción", expresó, José Luis, un aficionado de hueso colorado a la lucha libre.
Lances, llaves, pasadas, lucha en la lona y acrobacias en las cuerdas eran el deleite de la afición.
Willy Cortez observaba detenidamente el evento que se conformó entornó a su figura, en su mente recordada cuando compartió lona con los grandes exponentes de la lucha libre mexicana como El Santo, Blue Demon, Huracán Ramírez entre otros luchadores que se convirtieron en ídolos y súper estrellas.
Tocó el turno a Willy Cortez Jr. y Cachorro Cortez, quienes eran vigilados por su padre, quien lució orgulloso al ver a sus hijos combatir con entrega, garra y profesionalismo, aspectos que caracterizaron durante su longeva trayectoria al llamado Tigre de Sonora.
WILLY SUBIÓ AL RING DE NUEVO
Arropado por el público Willy Cortez camino rumbo al cuadrilátero, lo que fue un momento especial porque cuantas veces no salió de los camerinos e ingresó al ring para luchar, en está ocasión el guion era distinto, el papel que desempeñó fue diferente al que dio vida por décadas y eso lo sabía Willy Cortez que conforme se acercaba al ring dibujo en su mente miles de recuerdos que le generaron nostalgia y que reavivan su legado.
Arriba del ring lo esperaban sus hijos con los que se fundió en un abrazo, el homenaje daba inicio de manera formal, Willy Cortes Jr, expresó desde el corazón te amamos y junto con su hermano abrazaron a su padre, reconociendo su esfuerzo y el ejemplo que les bridó para sacarlos adelante.
"Es un orgullo para mí que me den este tipo de reconocimiento", comentó, Willy Cortez con rostro de satisfacción.
Tocó el turno a la cereza del pastel la pelea estrella de los cinco combates que comprendieron la cartelera apareció a escena. Octagoncito y Mascarita engalanaron la función, momento que desató la emoción y representó el clímax del evento ante un ambiente cálido que fue más allá de la pasión que se desbordó en las gradas y en el ring, sino que a su vez estuvo acompañada por el calor incesante que se sintió al no haber ventilación en el inmueble por que los aires no se prendieron.
El ring se iluminó y los internacionales luchadores enanitos plasmaron su talento, los cuales fueron cobijados por el público que asistió que los ovacionaron y aplaudieron cada movimiento.
De esta manera el homenaje de Willy Cortez en Obregón fue todo un éxito y el sábado la gira continuó en Navojoa, donde siguió la pasión, al ser testigos la gente que asistió de un gran espectáculo que estuvo nutrido por el aroma, sabor, color y mística que distingue a la lucha libre mexicana.