Su talento no lo hereda de la familia, pero la constancia lo lleva a ejecutar el instrumento de manera magistral
Por: Ana Jusaino
Aun con las complicaciones que tiene a su paso, Darwin Aleck Uruchurtu, de 21 años de edad, casi a diario acude al centro de Ciudad Obregón para tocar el saxofón bajo la recaudación voluntaria de la ciudadanía.
Su talento no fue heredado por su familia, pues platicó que años atrás trabajó en una panadería y al mismo tiempo ensayaba 12 horas diarias y después por ocho, hasta aprender a tocar el mencionado instrumento.
Actualmente, comentó que practica el saxo y clarinete en la Casa de la Cultura, pero además se desempeña en una orquesta de cámara en Achai, organización donde próximamente tocará un nuevo instrumento llamado oboe.
Sin embargo, comentó que tiene una hija pequeña y esposa a su cargo, situación que le obliga a sacar fondos de manera honesta, razón por la cual toca el saxofón de manera ambulante.
También comentó que tiene que buscar ingresos para los gastos diarios de transporte y dar mantenimiento a su instrumento musical, pues algunas veces genera partiduras que se tiene que reparar.
Tener una familia a su cargo, comentó, no es un impedimento para seguir con sus sueños de crecer en el mundo de la música, y entre sus planes a corto plazo está estudiar música en la Universidad de Sonora (Unison).