Por: Eduardo Sánchez
Ambos son de escasos recursos y Felipe está a cargo de su abuela, quien mediante su trabajo debe mantenerlo a él y a otros 3 nietos, que desde hace años viven con ella.
Una máscara de cartulina, pintada con colores fuertes, con lápiz y pluma, es la que improvisó Benjamín, aprendiendo el conocido ritmo de los fariseos originales que entonan el tambor, pero él lo hace con una cubeta y un par de palos.
En tanto Felipe, trae la indumentaria yaqui, pues es hijo de un indígena que le enseñó la Danza del Venado, la cual baila de manera peculiar, para ganarse unas monedas.