Los alimentos altos en grasas, sodio o procesados, pueden ocasionar diferentes problemas al corazón e incluso tener como consecuencia casos de cáncer
Por: Francisco Minjares
Si bien, no hay que ser tan rígidos en la alimentación durante estos días de asueto de Semana Santa, es importante balancear la comida sabiendo cuánto es lo que se debe de comer de cada cosa para evitar daños a la salud.
Ana María Rentería Mejía, coordinadora del Laboratorio de Nutrición preventiva y Alimentación Saludable de Itson, explicó que es normal que en las vacaciones de Semana Santa las personas se relajen, pero deben cuidar la ingesta de frituras, alimentos ricos en kilocalorías, grasas saturadas y sodio, las cuales pueden sustituir por opciones más saludables como frutas, verduras, granos, nueces, entre otras.
La académica refirió que, de acuerdo a un estudio en estudiantes de nuevo ingreso a la institución, los estudiantes beben más de lo que se debe de bebidas endulzadas así como de carnes procesadas, en tanto que de frutas y verduras se encuentran por debajo de lo recomendado.
Tendencia que dijo, se puede apreciar en la comunidad cajemense en general, debido a la cercanía que se tiene con la frontera de Estados Unidos.
De acuerdo a la Asociación Americana del Corazón, indicó, se recomienda que una persona no consuma más de un litro de bebidas azucaradas a la semana, ya sean refrescos, aguas endulzadas u otras; mientras que de carnes procesadas se deben consumir menos de 100 gramos a la semana, lo que equivale a dos salchichas.
En el caso del pescado y mariscos, se recomienda consumir más de 200 gramos semanales, preferentemente al vapor o a la plancha, para evitar el exceso de sodio que tienen las salsas y la sal, que se incluye en los ceviches.
Además, de comer 4.5 tazas de frutas al día, por lo que los vacacionistas se pueden programar para llevar estos alimentos sanos durante su periodo de descanso de Semana Santa.
La especialista en nutrición, destacó que es importante que las personas aprovechen las vacaciones haciendo un mínimo de 150 minutos semanales de ejercicio moderado a intenso, sin dejar pasar más de dos días de inactividad.