Se deben eliminar productos chatarra de la dieta y fomentar la activación física
Por: Francisco Angulo
La obesidad infantil y juvenil es un importante problema de salud en el estado de Sonora y en México en general; es un tema multifactorial que requiere ser atendido desde sus causas, tanto desde las dependencias gubernamentales como en el seno familiar para reducirlo al mínimo, consideró el pediatra Alonso Jiménez Flores.
El actual vicepresidente del Colegio de Pediatras del Estado de Sonora mencionó que hasta antes de la década de 1990, era más común la desnutrición, entendida como una ingesta insuficiente de kilocalorías proveniente de los alimentos, que no permite un peso adecuado para la edad del menor; hoy en día es más común la obesidad, provocada por el consumo excesivo de alimentos chatarra, productos ultraprocesados, bebidas azucaradas, el sedentarismo, el uso desmedido de dispositivos electrónicos y, finalmente, la propia genética de la persona.
La mercadotecnia, dijo, ha causado que cada vez se consuman más productos de tipo chatarra; eso, aunado a que, por la percepción de inseguridad, los niños juegan cada vez menos al aire libre y se encierren en sus casas a usar dispositivos como teléfonos, tablets y el televisor, ha hecho que Sonora y México se encuentren entre los estados y países con un mayor índice de obesidad.
En el momento actual, la tasa de obesidad en niños menores de cinco años es del 36.5 por ciento; esto es, uno de cada tres niños la padece; y en el nivel de la educación secundaria el porcentaje sube a 40 por ciento, reveló el pediatra clínico.
Para prevenir este problema de salud es preciso hacer una detección temprana de los factores de riesgo, fomentar la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y extenderla hasta los dos años de edad, promover la actividad física en edades tempranas y reducir la ingesta de alimentos ultraprocesados, afirmó.
Asimismo, es necesario que se pongan en marcha políticas públicas en materia de nutrición y salud, para erradicar los productos chatarra de las escuelas, así como bajar el consumo de azúcar y sal en el hogar.
Recomendó también dar seguimiento a estos temas por parte del nutriólogo y, de ser posible, un nutriólogo pediatra.
En los niños pequeños, el estado nutricional se mide en cuando al peso y talla para la edad y en el peso para la talla; en los mayores de cinco años se toma en cuenta el índice de masa corporal y el porcentaje de grasa corporal, agregó.