El espacio fue renovado con nuevos sillones, así como con cuadros infantiles que hacen referencia a superhéroes y niños apoyándose mutuamente
Por: César Omar Leyva
"Ya no parece hospital", expresó la mamá de una menor al ver la remodelación que se realizó en el área de quimioterapia ambulatoria infantil en el Hospital General Regional No. 1 del IMSS en Ciudad Obregón.
El también denominado "cuarto de guerra", donde decenas de niños, niñas y adolescentes acuden periódicamente a recibir tratamiento contra el cáncer , fue modificado como parte de un proyecto que se lleva a cabo en todo el hospital, el cual incluye remodelaciones en pasillos y áreas comunes de diferentes secciones.
El espacio fue renovado con nuevos sillones, así como con cuadros infantiles que hacen referencia a superhéroes y niños apoyándose mutuamente durante su proceso.
Además, se instalaron cortinas para brindar mayor privacidad a los menores, ya que muchos de ellos optan por descansar mientras permanecen conectados a la bomba que les suministra el medicamento.
Otro aspecto destacado por las madres de los niños es la instalación de una nueva televisión, mucho más grande y de mejor calidad que la anterior. El aparato está ubicado dentro de un mueble multifuncional de madera con cajoneras, lo que permite guardar medicamentos y otros materiales necesarios para la atención de los menores.
Aunque el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no ha emitido una ficha oficial sobre estos cambios, en redes sociales los familiares de los menores compartieron imágenes del área remodelada y comentarios muy positivos al respecto, ya que un espacio cómodo ayuda a que los niños se sientan más tranquilos.
UN LUGAR DIGNO CON TRATO AMABLE
Se sabe que al cuarto de quimioterapia ambulatoria acuden diariamente entre cinco y diez menores en diferentes etapas de tratamiento contra el cáncer. En este espacio, son recibidos por Benita o Lupita, las enfermeras asignadas a esa área quienes siempre tratan de animarlos y hacerlos sentir en confianza. Además durante todo el proceso los menores son acompañados de sus papás.
La primera etapa del tratamiento consiste en la canalización, que en ocasiones puede ser molesta o incómoda para los niños, ya que es necesario encontrar una vena adecuada para realizar la punción de la aguja que introducirá el medicamento al cuerpo.
Luego, los niños pueden pasar de media hora a dos horas o un poco más esperando a que finalice la administración del medicamento. En muchas ocasiones, aprovechan ese tiempo para jugar, ver películas o descansar.
Las familias de los menores coinciden en lo importante que es que, además de un espacio renovado y cómodo, se les brinde un trato amable y cercano que haga más llevadero el proceso para los niños.