Huivulai es reserva protegida

Por: Eduardo Sánchez

Ante la posibilidad de que el Gobierno de Cajeme proponga un proyecto de desarrollo turístico para la Isla Huivulai, habitantes del Paredón Colora­do manifestaron que, por ley, se impide realizar actividades de recreación en masa, ya que es considerada una reserva natu­ral protegida.


De acuerdo con Leopoldo González Zambrano, en 2008 los vecinos de esta comunidad, junto con Paredoncito y Acei­tunitas, gestionaron ante el Gobierno Federal eliminar el puente que conectaba la Isla Huivulai con tierra.

Debido al terraplén, de cua­tro mil 700 metros de longitud, construido en 1964 y removi­do en 2012, se cortaron las co­rrientes marinas naturales y la Bahía del Tóbari se azolvó.


Era necesario reabrir la ba­hía para que hubiera intercam­bio de corrientes, señaló Gon­zález Zambrano; además, por la afluencia de turistas, la isla se contaminó con mucho fango producido por desechos orgáni­cos asentados.

Para poner en perspectiva la magnitud del daño, en el pasa­do la bahía era tan honda, que en ella se internaban barcos, re­cordó, y para 2012 la presencia de lodo había superado al agua.

En ese año, por decreto se eliminó el puente y se reco­noció a la Isla Huivulai como una de las áreas protegidas del Golfo de California.

Para su protección se impi­dió el acceso a automotores, así como realizar cualquier cons­trucción en los 14 kilómetros de extensión que comprenden la isla.

Antes, en periodos vacacio­nales, como Semana Santa, al interior de la Huivulai se apar­caban aproximadamente cinco mil vehículos, indicó.

De acuerdo con la ley, se puede acceder al lugar en lan­cha, para realizar actividades de ecoturismo, como observa­ción de aves, senderismo, pes­ca o acampar.

SE MEJORA

Desde hace siete años, y con la protección adecuada, la isla se ha recuperado; además, con el dragado realizado, el agua de la Bahía del Tóbari está más oxigenada, hay una me­jor temperatura y un mayor intercambio con las afluentes de mar abierto.

Esa compensación permite que haya más nutrientes para las especies marítimas; tam­bién se ha incrementado la pro­ducción y se avistan especies que antes escaseaban, como la corvina y otros peces grandes.

En el caso de los manglares, también se han recuperado, lo cual es de suma importancia, pues en ellos inicia la cadena alimenticia para las especies marítimas.

Además son la primera lí­nea de defensa natural ante la llegada de un huracán y sirven cómo hábitat de los peces.

Aún falta realizar el draga­do de la playa Las Bocas, lo cual aumentaría el intercam­bio de masas de agua con el Tóbari. Y aunque se concretó el proyecto ejecutivo, el cual tuvo un costo de cinco millo­nes, nunca se aterrizaron los recursos.

Como dato, mencionó Gon­zález Zambrano, entre 2011 y 2014 se dragaron casi todas las bahías del sur de Sonora: Guaymas, Empalme, Lobos, Tóbari, Yavaros y Agiabampo, sólo quedó pendiente Las Bo­cas.

“Preservar las bahías del Golfo de California es primor­dial, pues si éste es considera­do el ‘Acuario del Mundo’, en las bahías desova el mayor nú­mero de especies marítimas”, puntualizó.