Sin importar su precaria situación, Raymundo alimenta y cuida "Princesa" y "Duque", quienes a cambio le brindan protección y cariño
Por: Oviel Sosa
“Mientras coman los perros, yo como sea”, expresó Raymundo, un hombre de edad avanzada que vive en condición de calle en el Centro de Ciudad Obregón.
Al hombre lo acompañan dos canes, un macho y una hembra a quien llama "Princesa" y "Duque", juntos conforman una auténtica familia donde el amor incondicional es la constante.
“La perra la tengo desde que era una cachorrita, estaba sangrando de las piernas y se iba morir, la adopté y la curé, después parió diez perros y me quedé con uno de ellos que es el "Duque”, mencionó.
Originario de Ciudad Obregón, Raymundo tiene años viviendo en las calles, que por azares del destino se han convertido en su casa.
Él junto con los animales duerme a un costado de un centro de salud ubicado en la avenida Miguel Alemán, entre Galena y No Relección, pues los perros nunca se le despegan.
“Soy de Obregón, me fui un tiempo a Puerto Peñasco, regresé, pero me quedé sin casa”, manifestó sin abundar en detalles de su vida personal que lo llevaron a vivir en la situación que hoy se encuentra.
Mencionó que "Princesa" cuenta con tres años y "Duque" dos, quienes juntos, conforman una familia peculiar.
SE GANA LA VIDA DECENTEMENTE
Raymundo compartió que como forma de subsistencia, recoge plástico, aluminio, cartón y todo material reciclable el cual vende. Lo que obtiene lo destina en su mayoría a la compra de alimento para sus canes, los cuáles son sus fieles compañeros que lo acompañan las 24 horas del día.
“Me cuidan, si alguien me quiere hacer daño me defienden”, señaló orgulloso.
Empujando una carriola, Raymundo se pasea con "Princesa" y "Duque" por el primer cuadro de Ciudad Obregón.
“Cuando hace mucho calor y el suelo está muy caliente, subo a los perros a la carriola para que no se quemen sus patitas”, comentó.
CAUSA PREOCUPACIÓN
Raymundo, quien reconoce que a pesar de vivir en las calles no es de las personas que piden el apoyo económico de las personas, narró que hoy sí lo ocupa pero para poder curar a "Princera", a quien desde hace varias semanas le salió una bolita en una de sus patas por lo que requiere ser atendida.
Si usted desea apoyarlo, usualmente por las noches suele estar en la calle Miguel Alemá en tre Galena y No Reelección.
Con su ejemplo, queda demostrado el vínculo que puede existir entre el ser humano y una mascota, así como la fidelidad, cariño y atención que los canes pueden brindar aún en las más precarias condiciones de vida.