El pequeño eligió el día de su cumpleaños para dar por terminada la etapa de vigilancia y confirmar que ha ganado la batalla
Por: César Leyva
"¿Qué significa que hayan pasado cinco años desde tu primer toque de campana y que hoy la vuelvas a tocar?", preguntó la Dra. Lizette Bojórquez a Gregorio. "Liberación del cáncer", respondió con seguridad el pequeño, quien este día concluyó la etapa de vigilancia y fue finalmente dado de alta.
Gregorio tenía apenas un año y ocho meses cuando, en plena pandemia, en agosto de 2020, fue diagnosticado con retinoblastoma en su ojo izquierdo, un tipo poco común de cáncer ocular que se desarrolla en la retina.
Así comenzó un proceso que incluyó una operación en la que perdió el ojo, pero nunca la sonrisa ni las ganas de salir adelante. Después vinieron varios ciclos de quimioterapia y, en marzo de 2021, tocó la campana por primera vez.
COMO SUPERHÉROE QUE GANA UNA BATALLA
Aquella vez llegó vestido de Spiderman y, quizás sin entender del todo lo que ocurría, hizo sonar la campana ubicada en el Piso 2, en el área de oncología pediátrica del Hospital General Regional No. 1 del IMSS en Ciudad Obregón.
Comenzó entonces la etapa de vigilancia, o de control, durante la cual continuó asistiendo a consultas, exámenes físicos, estudios de laboratorio y una serie de pruebas que los médicos realizan para asegurar que el cáncer no regrese y para detectar posibles efectos tardíos de la enfermedad.
Hace unos días, Gregorio recibió la noticia de que esa etapa había concluido y que podía volver a tocar la campana. Ahora, más consciente de lo que significa el cáncer y de todo lo que ha vivido, eligió su séptimo cumpleaños para este acto tan especial.
UN SONIDO DE ESPERANZA
Llegó al hospital vestido nuevamente de Spiderman, como hace cinco años y como en varios de sus cumpleaños. Se colocó con seguridad junto a su doctora, escuchó el mensaje, colgó un nuevo listón con su nombre y subió a un banquito, aunque finalmente prefirió ser levantado en brazos por su papá para tocar la campana con fuerza.
El sonido de la campana es esperanza para quienes apenas comienzan su tratamiento. Gregorio la hizo sonar dos veces, muy fuerte, mientras su familia, el personal médico y de enfermería aplaudían con emoción su logro.
Después vino una caravana para anunciar que lo logró y, por supuesto, la fiesta. Así, el pequeño celebró a lo grande y agradeció a quienes han estado con él y su familia a lo largo de este camino.