Cristo Manuel lucha por sacar adelante a su madre y tampoco quiere abandonar la escuela, pues sabe que es el único medio para superarse
Por: Fabiola Navarro
Tenía sólo 11 años de edad cuando vio morir a su padre en un accidente. El papá del pequeño Cristo Manuel Flores regresaba de trabajar cuando fue atropellado por un camión de carga pesada y, desde entonces, él debe hacerse cargo de su mamá, quien por problemas de salud no puede trabajar.
En su humilde vivienda, marcada con el número 665 del callejón Argentina y 6 de Abril, en la colonia Benito Juárez, en Ciudad Obregón, no falta el amor y el calor de hogar, pero sí los alimentos diarios, ya que con el pago de los "mandados" que realiza entre los vecinos, no le alcanza para más de dos comidas al día.
La solidaridad de los vecinos es fundamental para que Cristo y su madre, Carmen, puedan apenas subsistir; sin embargo, el hoy adolescente de 13 años de edad tiene el deseo de no desertar de la escuela y para ello requiere material educativo y útiles escolares.
"Ya la semana que viene voy a entrar a la escuela; tengo muchas ganas de regresar a clases y estudiar para sacar adelante a mi mamá", dijo entusiasmado; no obstante, difícilmente se puede concentrar una persona con el estómago vacío cuando el hambre gana.