Al culminar los años veinte en Ciudad Obregón se registró un hurto con un final funesto que marcó toda una epoca en el naciente municipio de Cajeme
Por: Oviel Sosa
Dos sujetos ingresaron a una cantina en el naciente municipio de Cajeme; su intención no era tomarse un trago y decir salud, sino asaltar el lugar para después huir con el motín.
El asalto se registró en el año de 1929 en la calle Sonora, entre Guerrero y No Reelección, en Ciudad Obregón.
Tras cometer su fechoría, los asaltantes salieron corriendo y se metieron por un pequeño callejón que conectaba a la calle 5 de febrero.
La fuerza policial dirigida en aquellos años por Jonás Sánchez Tovar persiguió a los rufianes del asalto. Los oficiales, al tenerlos a una distancia considerable, accionaron sus armas e hirieron por la espalda a los individuos, los cuales cayeron y quedaron tendidos sin vida sobre el suelo del pequeño resquicio que hoy en día es un pasillo ubicado en el interior de la taquería La Colonial.
LEY FUGA EN CAJEME
En el libro "Retrospectiva de Cajeme" de Sergio Anaya, se aborda el asalto en un artículo titulado “Ley fuga en el callejón Dabdoud”, debido a que el callejón conducía a una tienda propiedad de los hermanos Dabdoud, aunque en realidad el conducto reducido no tenía un nombre oficial.
En 1957 el señor Reginaldo Marín Vázquez rentó el local por donde pasaba el callejón y en la década de los sesenta, al comprar el establecimiento mandó cerrarlo.
En la actualidad, lo que era el callejón por donde pasaron los ladrones que participaron en el asalto, es el pasillo por donde ingresan los clientes de la taquería más longeva en Ciudad Obregón.
OTROS HECHOS VIOLENTOS
Historiadores de la época señalan que fue a finales de la década de los veinte en Ciudad Obregón, cuando se escenificaron varios hechos delictivos en relación a asaltos y robos en contra de comercios en los pocos establecimientos que se encontraban en ese entonces, en lo que hoy se conoce como el "corazón" de Ciudad Obregón.
Lo ocurrido en el asalto fue calificado como abuso de poder a manos de los elementos policiacos, por parte de los cerca de nueve mil habitantes que conformaban el municipio de Cajeme.
Tal hecho generó descontento en la población de Cajeme que vio en tales acto un exceso por parte de la fuerza pública, algo a lo que la población no estaba acostumbrada y que contrasta con la atmosfera que hoy se vive, donde la estadística establece que más de una persona es asesinada cada 24 horas, terminando la mayoría de los meses por arriba de 30 ejecuciones.
Tan solo el mes de agosto concluyó con 44 homicidios dolosos, cifra que se respalda en la labor periodística de Diario del Yaqui.