Don Tomás González, de jornalero a reconocido zapatero de Cajeme

Miles de zapatos han pasado por su taller en donde los restaura y les da vida, al grado de que lucen como si fueran recién adquiridos al repararlos

Por: Oviel Sosa

Algo que inicio como un simple trabajo se transformó en su estilo de vida. Don Tomás González ha entregado su existencia prácticamente a la reparación de calzado, algo que realiza con esmero, dedicación, compromiso y disciplina.

“Mi hermano me enseñó el oficio”, mencionó con rostro amable don Tomás, quien de sus 72 años de edad, 50 de ellos le ha dedicado a dar vida al calzado.

Originario de Guadalajara, Jalisco, narró que de de joven salió de su tierra natal en busca de un mejor futuro. Los campos agrícolas del Valle del Yaqui le ofrecieron una fuente de empleo para poder sobrevivir.

“Fui jornalero, trabajé en la pisca de algodón y regando campos de cultivo”, recordó.

ENCONTRÓ UN OFICIO

Sus manos forjadas en el campo encontraron en el calzado una manera de producir dinero y salir adelante. A la edad de 22 años comenzó lo que se transformó con el tiempo en su forma de vivir.

A lo largo de sus 50 años metidos en el oficio de reparación de calzado ha arreglado miles de zapatos. La navaja, aguja, hilo, pegamento y otras herramientas propias de su labor, se convirtieron en sus aliadas con la que revive las botas, tenis, chanclas y zapatos que le llevan las personas que ven en don Tomás, un hombre trabajador, honrado y experimentado.

SU PEQUEÑO TALLER

En su longeva trayectoria ha estado en diversos puntos, pero desde hace 20 años ofrece sus servicios en un pequeño cuartito que se ubica en el callejón Bolivia entre Galeana y No Reelección, en pleno Centro de Ciudad Obregón, lugar al que le llega calzado, roto, averiado y que con sus manos restaura y da vida para que sigan pisando fuerte.

Desde muy temprano sale de su casa en la colonia Las Haciendas, se sube a su bicicleta, que es su medio de transporte y pedalea con ganas hasta llegar al local que le ha permitido ganarse el sustento para comer.

HORARIO

Apegado a la cultura del esfuerzo y dedicación, don Tomás trabaja todos los días para poder generar el dinero necesario que le permita pagar la renta y cubrir los gastos en su hogar, pues el oficio le ha permitido sacar adelante a su familia.

A las siete de la mañana inicia su jornada laboral y la concluye a las seis de la tarde. Labor que efectúa de lunes a sábados, los domingos trabaja de siete de la mañana a una de la tarde.

HERENCIA

A un costado del taller, en una mesa se coloca su hijo, quien ha seguido sus pasos y quien está encaminado a seguir con la tradición y la labor que don Tomás ha efectuado por cinco décadas.

“Ya que yo no este, mi hijo se va quedar con el taller, ha aprendido muy bien el oficio, como se dice el alumno supera al maestro”, comentó satisfecho don Tomás por haberle enseñado un trabajo honrado para que este continúe con su legado.

CLIENTELA

La calidad de trabajo que ha lleva a cabo por años al transformar y revivir el calzado es su mejor carta de presentación, la cual le ha servido para que las personas lo frecuenten, entre su clientela se encuentran músicos de la región que le llevan sus botas para lucirlas pulcras en sus presentaciones.

“Tengo clientes de Yécora, Álamos, Villa Juárez, Loma de Bácum y de varias partes”, compartió.

De esta manera el señor Tomás González tiene las credenciales para unirse a la sección de oficios, un espacio destinado en rendir homenaje a aquellas personas que por muchos años han desempeñado una labor destacada en Ciudad Obregon, la cual pasa de ser un simple trabajo a todo un modo de vivir y ganarse el reconocimiento de la población.