De casa de citas a un lugar abandonado en Cajeme

La colonia “Plano Oriente” reúne viviendas con mucha historia, dentro de esas edificaciones hubo una en donde habitó el placer y el deseo

Por: Oviel Sosa

Recorrer las calles de la colonia Benito Juárez es adentrarse a un lugar que estableció los cimientos de Ciudad Obregón, al ser la primera colonia que se formó en la localidad. En esa zona se encuentran viviendas de más de un siglo de existencia, como la que se ubica en la calle Obregón entre No Relección y Guerrero, la cual fungió en su momento como estación de ferrocarril. 

Pero en la calle Juárez y Allende se ubica otra edificación que fue de las primeras casas de la colonia “Plano Oriente”, nombre con el que se conoce de manera popular a dicha colonia y donde en el presente son quedan ruinas de lo que fue. 

Otra casa que encierra historia y que está hecha de adobe se localiza en la esquina sureste de las calles Obregón y Mina, un espacio que habitó don Francisco Flores Serrano, quien fue uno de los personajes fundadores del conocido “Plano oriente”.

VIVIENDA SEDUCTORA 

Además de las casas antes mencionadas que atesoran una gran historia, existe una en la cual el deseo se apoderaba del lugar y donde el deseo cobraba vida.

La vivienda que encerró momentos de dicha, placer y aventura se ubicaba en la esquina suroeste de las calles Obregón y Revolución. Según habitantes de esa colonia, el sitio fue construido en la década de los treinta.

EN EL OLVIDO  

El prostíbulo ofreció sus servicios por más de 70 años. De acuerdo a datos proporcionados por habitantes del sector, fue a principios del año dos mil cuando el lugar quedó abandonado y a los años fue demolido, dejando atrás pasajes protagonizados por damas que atrapaban con sus atributos físicos a los visitantes, a quienes envolvían en un ambiente impregnado por el deseo. 

Se dice que el lugar era frecuentado por políticos, empresarios y personajes de la localidad, quienes compartían con las damas de compañía momentos de gozo, y quienes se convertían en sus confidentes tras unas caricias.

De esta manera la vivienda que se localizada en la esquina de las calles Obregón y Revolución guardó en sus muros instantes en los cuales sus clientes recibieron los encantos de las mujeres que daban vida al lugar, un sitio que con el paso de los años quedó en el olvido y al ser derrumbada la edificación, su estampa se desvaneció, pero los momentos de quienes lo frecuentaron quedaron grabados en su memoria.