Por: Eduardo Sánchez
Ubicado al oriente de la ciudad, justo a espaldas del albergue del DIF Itom Kari, fue construido con recursos federales por el orden de los nueve millones de pesos, ejecutados por el DIF Sonora y gestionados por el entonces alcalde Faustino Félix Chávez, con apoyo de quienes ocupaban una diputación priísta, y dio arranque a la obra quien fuera coordinador de la bancada local del tricolor, Epifanio Salido.
Como Esmeralda, de 13 años de edad y cuya malformación en ambas piernas la obliga a tomar terapias de rehabilitación en ese lugar, al que debe acudir cada mes acompañada de sus padres, de escasos recursos, ya que viven de elaborar ladrillos.
En ese centro se contaría con atención médica en neurología, rehabilitación física, rayos X y ortopedia, pero todos estos servicios quedaron en “sueños rotos” para un sector que requiere de especial atención e interés por su vulnerabilidad.
CEDAR, OTRA PROMESA INCUMPLIDA
Una situación similar pasó con el Centro Deportivo de Alto Rendimiento para Atletas con Discapacidad (Cedar), obra que quedó solo en la primera piedra, colocada el septiembre de 2013 por quien fuera presidente municipal, Rogelio Díaz Brown Ramsburgh.
Una obra en la que se invertirían cuatro millones de pesos, con apoyo del patronato Pro Familias Vulnerables de DIF-Cajeme, presidido por el empresario Rodrigo Bours Castelo y su esposa, Lety Gándara de Bours.
“Este tipo de proyectos enorgullecen, pues se empieza a hacer una realidad un sueño, un esfuerzo de muchos. Haremos lo necesario para que sea una unidad de primera para deportistas de primera, que este sea un éxito de la comunidad”, resaltó Díaz Brown durante la colocación de la primera piedra, quedando la obra limitada a eso únicamente.