Importante avance agrícola: Cepa bacteriana mejorada promete soluciones sustentables para el Valle del Yaqui

Un equipo del Itson, liderado por el Dr. Sergio de los Santos Villalobos, ha desarrollado una cepa bacteriana mejorada, B. subtilis TE3T-UV25

Por: César Omar Leyva

La agricultura en el Valle del Yaqui, una de las zonas agrícolas más importantes de México, enfrenta desafíos cada vez mayores debido al cambio climático, el agotamiento de recursos naturales y la resistencia de patógenos a los productos agroquímicos convencionales. En este contexto, la búsqueda de alternativas tecnológicas y sustentables para mejorar los cultivos es crucial para garantizar la productividad y la sostenibilidad a largo plazo.

En respuesta a estas necesidades, un equipo de investigadoras e investigadores del Laboratorio de Biotecnología del Recurso Microbiano del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson), liderado por el Dr. Sergio de los Santos Villalobos, ha hecho un avance significativo en la mejora de una cepa bacteriana con gran potencial agrícola.

Este proyecto, iniciado en 2021, se ha llevado a cabo en colaboración con investigadores de diversas instituciones, con el objetivo de crear soluciones biológicas para el manejo de enfermedades que afectan al trigo en el Valle del Yaqui.

TIENE CAPACIDAD PARA CONTROLAR PLAGAS 

La cepa bacteriana en estudio, denominada Bacillus cabrialesii subsp. cabrialesii TE3T, fue aislada del cultivo de trigo en 2019. Esta cepa se destacó por su capacidad para promover el crecimiento de las plantas y controlar hongos fitopatógenos que afectan a los cultivos, particularmente el Bipolaris sorokiniana, responsable de la mancha borrosa en el trigo.

Dado el aumento de la resistencia de los patógenos a los agroquímicos tradicionales y la creciente demanda por prácticas agrícolas más amigables con el medio ambiente, el equipo de investigación optó por inducir mutaciones en la cepa original mediante radiación ultravioleta. El resultado fue la creación de una cepa mutante, denominada B. subtilis TE3T-UV25.

Esta nueva cepa no solo conserva las propiedades bioactivas de su predecesora, sino que también ha mostrado una capacidad mejorada para competir por nutrientes y espacio, así como una mayor producción de metabolitos que inhiben el crecimiento del hongo Bipolaris sorokiniana.

Uno de los descubrimientos más interesantes de este estudio fue el cambio en la clasificación genética de la cepa. Los análisis genómicos revelaron que, debido al alto número de mutaciones inducidas, la cepa pasó de ser clasificada como Bacillus cabrialesii a Bacillus subtilis.

Este hallazgo abre nuevas posibilidades en el uso de bacterias benéficas en la agricultura y marca un avance importante hacia sistemas agrícolas más sostenibles y resilientes.

UN EQUIPO MULTIDISCIPLINARIO 

El equipo de investigación incluyó a estudiantes del ITSON, como Pamela Helué Morales Sandoval, María Edith Ortega Urquieta, Valeria Valenzuela Ruíz, Kevin Montañez Acosta y Kevin Alejandro Campos Castro, bajo la dirección del Dr. Sergio de los Santos Villalobos. También colaboraron Fannie Isela Parra Cota, investigadora del INIFAP, y Gustavo Santoyo, investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

Este desarrollo destaca la importancia de la innovación biotecnológica en la agricultura, especialmente en regiones clave como el Valle del Yaqui, donde las soluciones sustentables son fundamentales para enfrentar los retos futuros de la producción de alimentos.