Por: Eduardo Sánchez
El papel de la mujer en el escenario agroalimentario es fundamental para hacer frente a los desafíos que plantean los entornos global y ambiental, ya que en todos los eslabones de los sistemas y las cadenas agroalimentarias las mujeres participan como agentes de cambio y gestoras sistémicas que investigan, generan conocimiento, promueven el desarrollo de capacidades y facilitan procesos de innovación en beneficio de toda la población.
Desde la parcela y los laboratorios, y en los hogares donde se consumen los alimentos, su tarea constituye un verdadero motor de cambio y desarrollo. Un impulso no siempre visible pero necesario para asegurar el logro de los objetivos de la agenda 2030.
Hay miles de historias de mujeres en diversas latitudes haciendo agricultura, generando conocimiento, realizando investigación y tomando decisiones para mantener la esperanza y la motivación que nos permita a todos, como sociedad, hacer frente a los retos del cambio climático y visualizar y construir un mejor futuro desde la agricultura y la ciencia. Esa es una historia que ocurre todos los días, entre productoras, asesoras técnicas, investigadoras, tomadoras de decisiones, gestoras sistémicas y todos los diversos roles que desempeñan las mujeres en el medio agrícola y el desarrollo rural.