De informes y más

Son, los días que corren, aquellos en los que los alcaldes de Sonora, e imagino en muchas partes del país, se dedican a quemar incienso ante los supuestos "avances" en su administración.


A algunos presidentes municipales les fue bien y a otros, en definitiva, solamente usaron el micrófono para defenderse ante los ataques que, según ellos, son solamente mentiras de sus adversarios políticos.



"Minorías", les llamó, por ejemplo, Sergio Pablo Mariscal Alvarado a quienes le han evidenciado ante desaciertos en la conducción del segundo Ayuntamiento de Sonora.



En Navojoa, la alcaldesa María del Rosario Quintero Borbón también dedicó algunos minutos de su documento para irse contra aquellos que desean verla fuera del gobierno municipal y a los cuales dijo que no lo verán sus ojos.



El de Nogales, Jesús Pujol Irastorza, otro de Morena, pudo haber dicho lo que quiera pero la realidad es que en redes sociales su imagen nada tuvo que ver con el informe de gobierno sino con el momento en que, tras varios intentos de dar campanadas con el cordón de la campana en su mano, consiguió jalarlo tanto que lo rompió y desató la risa de los asistentes.



Y así podríamos enlistar a todos los alcaldes y veríamos que prácticamente todos pasan por malos momentos.



Ah, pero ellos pecan de optimismo y relatan muchas acciones que la verdad tendrían que investigarse para saber si realmente se llevaron a cabo o están inconclusas y los ediles las dieron como un hecho.



Así se las gastan los políticos. Y no crea usted que solamente los del PRI o PAN. Los de Morena no cantan mal las rancheras a la hora de mentirle al pueblo, a pesar de que ellos dicen estar construyendo una cuarta transformación para este país.



En Sonora, algunos jefes de las comunas están peleados hasta con su sombra y con prácticamente todos sus regidores y, otros, o casi todos, no han podido hacer que la administración marche adecuadamente para brindar a la población los servicios públicos idóneos o bien la inseguridad es tal que muchos ciudadanos prefieren mejor no salir mucho de sus hogares durante las noches.



Hasta el momento no hay apoyos federales para los ayuntamientos en la medida deseada. Se han tenido que rascar con sus propias uñas y eso es insuficiente puesto que los ingresos propios de los municipios no son la envidia de los más acaudalados banqueros o empresarios.



Algunos presidentes municipales señalaron que por austeridad no tendrían para comprar las cenas que tradicionalmente se brinda a los invitados a la ceremonia del Grito, pero lo cierto es que no fue por convicción sino que realmente los ingresos a sus arcas son demasiado débiles.



Por ello se ha tenido que recurrir en algunos casos a préstamos bancarios para solucionar algunos problemas, cuando en realidad lo que se logra solamente es seguir endeudando a la presente administración y, por lo menos, otras cinco del futuro y eso no se vale.



Si desean hacer obras para que los aplaudan, mejor que se dediquen a la gestión de recursos federales y estatales, pero que no hipotequen las remesas que mensualmente les entregan con empréstitos demasiado caros.



Mejor será que se deshagan de tantos empleados que a veces están en duplicidad de funciones o no hacen nada simplemente por el capricho de hacer ingresar a la nómina a muchos militantes que sirvieron en campaña.



Es hora, pues, para reflexionar en lo que se ha logrado, pero mucho más en lo que se puede alcanzar si verdaderamente los alcaldes se ponen a gobernar y olvidan los pleitos con sus regidores y hasta con su partido.



Es ahora o nunca.


Comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx