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¡16 de Septiembre de 2020!


Justo a las 11:59 de la noche escuché el repicar de las campanas. Se escuchó muy fuerte, tal como si se hubieran puesto de acuerdo las escuelas, las iglesias y algunos vecinos, pues el doblar de las campanas retumbó en mi barrio. Sé la hora porque en cuanto me desperté vi el reloj fosforescente que anunciaba las 11:59 PM…

Justo a las 11:59 de la noche escuché el repicar de las campanas. Se escuchó muy fuerte, tal como si se hubieran puesto de acuerdo las escuelas, las iglesias y algunos vecinos, pues el doblar de las campanas retumbó en mi barrio. Sé la hora porque en cuanto me desperté vi el reloj fosforescente que anunciaba las 11:59 PM…


Después de las campanadas comencé a oír algo de alboroto. Me asomé por la ventana y vi gente caminando que se dirigía en la misma dirección. Iban hacía el parque de la colonia, que está al fondo de mi calle. Me levanté de un brinco, me relamí un poco y salí a ver qué pasaba.

La gente iba cantando el himno Nacional a todo pulmón…”Mexicanos, al grito de guerra, el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra, al sonoro rugir del cañón… y retiemble en sus centros la tierra, al sonoro rugir del cañón. Ciña ¡oh Patria!...”.

Pronto me uní a la marcha y comencé a cantar y a levantar el puño al cielo. Me sentía emocionado de ir en ese río de gente que iba en una sola dirección, aunque no estaba seguro de qué estaba pasando exactamente... Rápido llegamos a una explanada que está en el terreno y había un escenario montado con luces, bocinas y muchas banderas de México. Cada vez llegaba más gente. Gente que nunca había visto en mi barrio. Al frente, en el escenario, estaban unos jóvenes, unos adultos mayores y unos niños. Pronto comenzaron a pasarse el micrófono y a gritar consignas: “¡México es nuestro! ¡Basta de corruptos e ineptos en el gobierno!... ¡Ahora sí van a saber esos partidos políticos y sus voraces representantes lo que puede hacer el pueblo unido!”. “¡De ahora en adelante el pueblo mandará y no dejaremos que nos sigan dividiendo mientras se reparten impunemente el botín que saquearon! ¡Ya no vamos a permitir que los malos mexicanos, que son los menos, se salgan con la suya!... Y la gente excitada gritaba hurras y clamores de aprobación, hasta que de pronto un niño preguntó: “¿Y cómo haremos de este un país exitoso?” y todo mundo se quedó en silencio. Entonces, unos jóvenes dijeron, “de entre todos saldrán diez puntos clave para usarlos de guía. — ¡Todos pueden opinar!— Gritó alguien al micrófono. Y poco a poco fueron surgiendo las propuestas para hacer de México un país triunfador. Le sacaron brillo a las ideas que más les parecieron, y concluyeron de la siguiente manera: 1.- Entendemos que el éxito es un proceso constante de crecimiento de cada ciudadano. Se trata de esforzarnos todos en ser mejores cada vez. 2.- Cada quien se hará responsable de sus actos y pagará las consecuencias. 3.- Nos queda claro que no hay progreso sin acción y sin orden. 4.- Seremos perseverantes cada quien desde su trinchera. No desistir. 5.- Mantenernos enfocados en lo que queremos nos hará cada vez más eficientes. 6.- Comprender que los fracasos son necesarios y seguir intentando. 7.- Ser positivos, ya que la positividad es el combustible de la productividad. 8.- No dejar de creer en nosotros mismos y en nuestra Nación. 9.- Volver a nuestras raíces y a nuestros valores, y 10.- Nunca dejar de ayudar a los demás…nunca.

Las propuestas fueron leídas ante la multitud y todos comenzaron a gritar ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!; gritaban tan fuerte que se escuchaba en toda la República. Y tan fuerte que me despertaron, entonces me di cuenta que todo había sido un sueño.