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¿VIVA MÉXICO?


Las condiciones de las mayorías eran lamentables, las oportunidades de trabajo escasas, los salarios inequitativos, prevalecían los trabajos forzados, los tributos eran altos y las condiciones de igualdad social inexistentes. Por ello Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Mariano Abasolo, Juan Aldama, Josefa Ortiz de Domínguez, José Miguel Domínguez, Mariano Matamoros, Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria, José María Morelos y Pavón, Vicente Guerrero y otros, habrían de alzarse en armas para luchar por la Independencia de México, pero también para acabar con los excesos del poder. Hoy millones de mexicanos nos levantamos para buscar el pan que permita el sustento de nuestras familias. En México, andamos rondando los 126 millones de habitantes, de los cuales alrededor de 26 millones están trabajando formalmente y 30 millones de mexicanos lo hacen en la economía informal, según cifras del Inegi. Los que pagamos el Impuesto Sobre la Renta en México trabajamos casi cuatro meses para sostener el presupuesto público y lo que se nos ingresa el resto del año es para satisfacer nuestras necesidades y las de nuestras familias. Los contribuyentes hacemos enormes esfuerzos para reducir costos de operación de nuestras labores profesionales o micro empresariales. En cambio, es común ver a ciertos funcionarios públicos de los tres niveles de Gobierno y de los tres poderes, aún en tiempos de la Cuarta Transformación, sentados en vuelos de primera clase, con escoltas, en carros ostentosos para su uso los 365 días del año, gastando millones de pesos en su imagen política o creando fundaciones que son financiadas con recursos públicos. Además, si uno revisa los sueldos de ciertos funcionarios públicos con sus propiedades, negocios y cuentas bancarias, toca el cero y no da. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) planteó que México es uno de los países en los que la riqueza está peor distribuida pues de todos los activos financieros en México, el 80 por ciento es propiedad de sólo el 10 por ciento de las familias del país, de las cuales, un 1 por ciento acaparan más de un tercero. Del mismo modo, el número de personas en situación de pobreza en 2018 fue de 52.4 millones de mexicanos, cantidad mayor en 2008 que fue de 49.5 millones, informa el Coneval. En este sentido, hay 25.2 millones de personas que no estudian, de los cuales, el 33 por ciento es por falta de dinero; mientras que 30 millones mexicanos mayores de 15 años están en rezago educativo, es decir, que no tienen escolaridad o no concluyó la secundaria, señala el Inegi en un reporte presentado en junio de 2017. Ahora bien, un elemento clave del gasto público es la transparencia y rendición de cuentas. México cayó en el Índice de Percepción de la Corrupción en el sector público, elaborado por Transparencia Internacional en 2018. En 2015, el país se ubicó en el lugar 95, y en 2018 pasó al sitio 138, entre 180 países analizados. Eso significó una caída de tres lugares respecto del año anterior y coloca a México como el país más corrupto entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y del G-20 junto con Rusia. Asimismo, de acuerdo al último Informe País sobre la Calidad de la Ciudadanía realizado por el INE y el Colegio de México, 66% de los mexicanos cree que las leyes en el país se cumplen poco o nada. Este informe muestra que México se encuentra en un complejo proceso que se caracteriza, en términos muy generales, por una desconfianza en las autoridades, especialmente en legisladores, partidos políticos, sindicatos, policías y, en general, un desencanto por los resultados que ha tenido la democracia. Si esto no cambia, seguirán pagando los platos los mismos con una clase política que no le gusta rendir cuentas y que se beneficia del recurso público para sus intereses partidistas o personales. Nuestros héroes de la Independencia lucharon y dieron su vida para eliminar los excesos de poder de la clase gobernante que había imperado por más de tres siglos. Si los reviviéramos y observaran la realidad de la clase gobernante actual: ¿Gritarían Viva México? Para construir un mejor país se requiere la participación activa de los mexicanos en la realidad comunitaria y pública. De nosotros depende propiciar las bases para la transformación de nuestra sociedad que permita mejores niveles de vida para todos. Haciendo lo mismo, seguiremos en un México del siglo XX y no del siglo XXI. Por las nuevas generaciones, salgamos de nuestra apatía e indiferencia y reconstruyamos el tejido social de nuestras comunidades. México es mucho más que su clase gobernante y nuestras vidas son algo más que sólo trabajo y familia. Cada uno de nosotros tiene talentos que aportar como ciudadano. La pelota está de nuestro lado para seguir gritando con valentía y esperanza: ¡Viva México! Twitter: @rafaelroblesf Director de Humanidades en el Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte. Presidente de Grameen de la Frontera.