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¿Viva México?


La nación pende de alfileres; estamos a punto de naufragar como pueblo si no cambiamos nuestras viejas costumbres de esperar mucho sin dar nada a cambio. A la cabeza tenemos un nuevo gobierno que llegó al poder no por su capacidad para gobernar, sino por el hartazgo de años y años de corrupción e impunidad de nuestros gobernantes. Para este momento, la mitad de los mexicanos está contenta con su gobierno y el resto no lo está. Es evidente que en política, al menos, nada puede ser o blanco o negro; es, también evidente, que la política que hasta ahora se ha hecho en este país está fuera de toda lógica porque se han antepuesto los intereses personales a los del pueblo. El gobernante en turno en lugar de servir, se sirve; en lugar de fiscalizar y optimizar el uso de los recursos, los mal gasta sin pudor alguno y el resto se lo roba. Así ha sido siempre, por eso ya no puede seguir igual porque, ahora sí, la nación pende de un frágil hilo que en cualquier momento se puede incendiar. El presidente López Obrador, hasta el momento ha dado muestras de querer cambiar las cosas, pero el pueblo se desmotiva al ver a tanto vividor del erario que además de corrupto, es incompetente. Pero aún queda la esperanza. Lo que sí es un hecho, es que si no unimos esfuerzos los ciudadanos esto no va a funcionar; las evidencias saltan a la vista: crecimiento exponencial del crimen organizado, desorden por todos lados, maltrato a la naturaleza, contaminación rampante, negación ante la necesidad urgente de romper los viejos paradigmas del gobierno paternalista y del pueblo desobligado; de los medios electrónicos que no cumplen con la Ley Federal de Radio y Televisión que alienta a elevar el nivel intelectual de la población, en su afán de ganar dinero fácil; la flojera que nos da la participación ciudadana en el ordenamiento y cumplimiento de nuestras obligaciones civiles; el desamor por la ciencia, la tecnología, la espiritualidad y el cultivo de la mente y el cuerpo, entre otras situaciones que nos tienen al borde del abismo. Como sabes, las pruebas saltan a la vista. Y, sí, la bandera ondea a toda asta orgullosa y colorida como esperando que una nueva patria sea constituida en este valle de viento y sol; de lágrimas y risas; de vidas que cada día se hunden más en el lodo de las adicciones por faltas de oportunidades y de mentes fuertes, mientras los ladrones se llevan todo, en una patria llena de esclavos de espíritu flaco, mente dormida y odio despierto. Oh tierra querida, ¿qué estamos haciendo por ti? ¿Por qué tanto caos e iletrados que no dejan de lado la pereza para lograr una real independencia? Con dolor admito que la sangre derramada ayer, no nos llevó por buen camino, y que hoy los mexicanos ansiamos conquistar un mejor destino para todos. Hoy no voy a gritar que viva México, señores, hoy prefiero callarme y ponerme a trabajar, que la patria ya no puede esperar. Jesushuerta3000@hotmail.com