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Las Plumas

El tiempo de campaña

Aspirantes presidenciales


A partir de hoy queda abierta la denominada temporada electoral por excelencia o definición. Es decir, aquella que tiene que ver con la búsqueda comicial de la Presidencia de la República. Tal es acaso la contienda política-electoral más distintiva o señera de un país como el nuestro. Su ejercicio por la búsqueda del voto popular resume un siempre esperado compromiso ciudadano para dar forma a un mejor país en todos sentidos.

Sin embargo, tal esperanza no siempre se ha logrado colmar, sino todo lo contrario. Aunque la ilusión respectiva, quizá un poco mágicamente, suele renovarse cada seis años. Una especie de nobleza ciudadana, reciclada históricamente en el clásico tiempo político sexenal que distingue a un país como el nuestro, permite que esa renovación del mando presidencial ocurra casi siempre bajo los mejores augurios, aunque muchas veces no haya existido razón o motivo para apuntalar el beneplácito.

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El caso es que este día se abre legal o prácticamente la contienda presidencial concerniente al venidero sexenio. Propios y extraños han de saber que la contienda a que se alude tiene consigo una notoria e importante singularidad: dos damas figuran como aspirantes presidenciales, en lo que sin duda es una distinción del proceso que no puede ser ignorada, sino al contrario, es decir, reconocida en todo lo que positivamente significa. Un caballero cierra la tercia de aspirantes a Palacio Nacional, porque ya no es posible decir que a Los Pinos, lugar que perdió su ubicación como residencia del poder en un país como el nuestro.

Bien se sabe que en este contexto están como aspirantes presidenciales Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, con el apoyo de formaciones como Sigamos Haciendo Historia, Fuerza y Corazón por México y Movimiento Ciudadano, respectivamnte. Se sabe que la primera de esas formaciones está integrada por Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista, mientras que en la segunda figuran los tradicionales partidos de un contexto como el mexicano: Revolucionario Institucional, Acción Nacional y Revolución Democrática.

He allí entonces, por si alguna falta hiciera, el recuento del universo partidista involucrado esta vez en la sucesión presidencial. La campaña respectiva apenas va empezando, como dicho ha quedado. Empero, en esta incipiente etapa se tienen pormenores sobre resultados de encuestas que marcan una gran distancia entre Sheinbaum y Gálvez. En algunos de esos trabajos la diferencia que les separa es prácticamente abismal o inalcanzable. No está claro todavía si Álvarez Máynez podrá figurar como un candidato susceptible de figurar realmente en la contienda.

Eso es algo que está por verse. En cambio, no está a discusión que la candidata morenista y sus aliados, y la aspirante opositora con los suyos propios, librarán verdaderamente la batalla en el contexto de la presente sucesión presidencial. Podría insistirse en que, si se toman en cuenta los números de la víspera, Sheinbaum tendría consigo asegurada desde la víspera una victoria más o menos holgada, o demasiado holgada.

Debe ser más prudente reconocer que Sheibaum sí debe portar una delantera susceptible de tomarse en cuenta a la hora de la hora. En todo caso, y estén las cosas respectivas como estén hoy, lo cierto es que Gálvez tendrá que desplegar una intensa labor de convencimiento electoral que la defina más notoriamente como candidata presidencial. Este es un camino que no está vedado y que puede transitar en los días venideros.

Por su lado, Álvarez Máynez tendrá que practicar un doble esfuerzo proselitista para fincar en la campaña un buen desempeño electoral. Después de un significativo tiempo en alza, parecería que su partido Movimiento Ciudadano cayó un tanto en declive y quién sabe si disponga de la posibilidad de superarlo. La intempestiva y frustrada candidatura presidencial de Samuel García atrajo sobre MC más suspicacias que parabienes. Por ello, la ambientación que generó tal hecho se antoja difícil de remontar.

Mientras tanto, en esta primera aproximación al tema, bien podría decirse que, quienes hoy por hoy aspiran a la presidencia de México, buscarán el voto respectivo en un país un tanto complicado, en virtud de la diversa problemática que le singulariza.  Diversos y muy serios son los dolores de cabeza existentes en el conglomerado nacional. Pero una campaña electoral resulta útil en la medida en que proporciona a los candidatos participantes la radiografía más certera o auténtica sobre los pesares, lamentos, dolores y frustraciones de un país.

Para eso, cabe suponerlo y exigirlo, se lleva a cabo una acción en busca del voto ciudadano. No para perder el tiempo en divagaciones alejadas de la cruda realidad. Pronto, entonces, se tomará nota del color que tendrá la campaña presidencial que se ha puesto en marcha. Ojalá que todo sea para bien…

armentabalderramagerardo@gmail.com